2025-08-11
Hospitales públicos y privados: lo que nadie te dice

Elegir dónde formarte no debería ser un martirio… pero lo es. Porque no se trata solo de un hospital: se trata del lugar donde pasarás algunos de los años que marcarán tu vida profesional y hasta personal. Aquí te diré lo que nadie te dice sobre los hospi

El lado oculto del prestigio
Cuando pensamos en elegir un hospital de “renombre”, la mente se va directo a los grandes nombres. Y sí, es cierto: ahí puedes encontrar a algunos de los mejores médicos especialistas del país. Pero también tienen partes oscuras que nadie menciona… hasta que ya estás adentro.
En nuestro Ranking de CALITAG se destacan hospitales como el Centro Médico A.B.C. , el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán o el CMN Siglo XXI. Son referentes en infraestructura y excelencia médica. Sin embargo, detrás de ese prestigio puede haber sobrecarga de trabajo, ambientes tóxicos entre residentes y poca empatía en la formación.
En hospitales privados, es verdad que hay equipos de última generación… pero como R1 difícilmente tendrás acceso a manejarlos, y puede que no los toques hasta el R4. En los públicos, el volumen de pacientes te da una experiencia clínica inmensa, pero también significa montañas de papelería y carga administrativa, especialmente en tu primer año.
En ambos casos, la etiqueta de “prestigioso” no garantiza que la experiencia formativa sea la ideal. La clave está en mirar más allá del nombre y entender qué lugar te dará las herramientas, el acompañamiento y el equilibrio que buscas para tu residencia
El precio de la comodidad
Un hospital privado puede ofrecerte un plus difícil de ignorar: un Starbucks a la vuelta, residencias con agua caliente e instalaciones impecables. Pero no olvides algo clave: el hospital lo hace su gente.
En especialidades quirúrgicas, podrás ver procedimientos de alto nivel, pero en muchos casos será más aprender desde la teoría que desde la práctica. Tu verdadera oportunidad de practicar lo aprendido puede ser hasta que rotes en un hospital público.
Para especialidades clínicas, en cambio, es una gran ventaja contar con equipos diagnósticos de última generación y tratamientos especializados. Sin embargo, el nivel de exigencia también es mayor, y como médico residente ya tienes cédula profesional de médico general, lo que significa que las demandas médico-legales pueden estar a la orden del día… especialmente si tratas con pacientes VIP.
En resumen: Elegir dónde formarte también implica conocerte a ti mismo. Saber cuál es tu realidad, qué tipo de personalidad tienes, qué afinidad puedes tener para dejar ciertos gustos y no temer a lo desconocido si lo que realmente quieres es aprender. Porque la residencia ya no es la escuela: es el mundo real, lleno de responsabilidades… incluso médico-legales
No se trata de elegir “lo que suena mejor” o lo que otros dicen que es prestigioso. Se trata de alinear tu elección con el médico que quieres ser y con la vida que estás dispuesto a llevar durante tu formación. El hospital perfecto no existe, pero la decisión consciente sí.
En la residencia, lo más importante no es dónde entras… sino cómo sales.
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